La Navidad llegó… También al Refuerzo escolar que tomó forma precisamente en los días previos a la Navidad del año 2011, de  ahí que estemos bajo la protección del Niño Jesús.

Y para celebrar la Navidad hacemos una pequeña fiesta muy sencilla: los niños preparan una postal de Navidad para felicitar a sus padres, antes les ofrecemos un mini “recital” de villancicos y después merendamos todos juntos niños, padres y monitores. Siempre somos cuidadosos con este tema, pues muchos son musulmanes y respetamos sus normas  en lo tocante a la alimentación. Este año además, como en otras ocasiones, la familia más humilde ha compartido con nosotros un estupendo té  y unas tortitas típicas de su tierra natal, ¡cuánta generosidad y humildad a la vez!

Esta es una ocasión importante, porque  rezamos juntos  y antes de merendar pedimos a un mismo Padre Dios que nos bendiga, que nos haga generosos y solidarios para compartir lo poco o lo mucho que tengamos y especialmente pedimos para que podamos vivir en paz como hijos de un mismo Padre y, en esos segundos,  experimento un impresionante momento cerca de ese Dios que es Bondad y quiere que así lo conozcan y reconozcan todos su hijos.

Siempre damos la “tabarra” pidiendo más voluntarios y año tras año hay alguien que se apunta a compartir la experiencia, la verdad es que es una alegría ver la generosidad de los hermanos de todas las edades. Nuestra  tarea es bien sencilla: acompañamos a los niños a hacer los deberes, adquirir buenos hábitos y aprender  valores, al menos algún valor, aquello que entre nosotros entendemos como virtud.

Pero, en mi caso, esas dos horas que semanalmente comparto con ellos son un beneficio personal, lo reconozco,  colaboro en el Refuerzo por mi propio interés. Si el compromiso supone un pequeño pero fiel y constante esfuerzo, la recompensa no diré que es la sonrisa de los niños, que también, sino que es sentir la misericordia que  Dios tiene conmigo, no dos horas a la semana sino todas las horas desde hace 58 años, un mes y quince días.

¡Feliz y santo 2019! Con mis mejores deseos de que el Señor ilumine nuestra imaginación y pongamos a su servicio nuevas ideas  y nuestro tiempo para que los demás se acerquen a Dios y con nuestra entrega sean más felices.

Pilar Ceballos.