Navidad para todos

"La caridad se comparte”. Esta fue una de las perlas con las que la Hermana Caridad nos regaló, cuando llevamos parte de los alimentos recogidos este mes al asilo para enfermos incurables y necesitados, del Cottolengo en Barcelona. Entre las cosas que hablamos, me preguntó, si lo que le estábamos dejando, era de “personas normales”, por normales entendía que lo habían dado familias, gente de lo más corriente…que no era una donación de alguna empresa y añadió ¡Cuanta generosidad¡

Cuando supimos cuántos residentes entre enfermos y religiosos había en el centro, unos 240+/- de los cuales 170 son enfermos, entre ellos niños de dos años, tengo que confesar que sentí pena de no haberles llevado todo lo recogido y así se lo dije a la hermana, a lo que ella me contesto, “ni pensarlo hija, la caridad se comparte, aunque sea una gota, aunque parezca poco”.

 

 

La verdad es que como siempre el Señor me zarandea el corazón y me hizo reaccionar ante la grandeza del que pone a mi lado.

Esto ha sido posible porque otro año más por la gracia de Dios, hemos podido realizar la recogida de alimentos, y como cada año he tenido que superar mis prejuicios para participar en ella, solo el Señor y yo sabemos lo que me cuesta hacerlo, por eso para mí la recogida tiene un “plus”, el hacer las cosas porque el Señor, a través, de mi comunidad me lo pide.

La cantidad recogida habla por sí sola, casi 6000Kg de alimentos, no haría falta añadir nada más, pero sería injusto no agradecer la labor de los que gracias a su generosidad y esfuerzo lo han hecho posible.

A aquellas personas normales, como diría la hermana, que al darles el papel nos decían: “ahora te saco, que yo sé lo que es pasar necesidad”, a las que pasaban más de una vez y cada una de ellas te dejaban algo, a los que te sueltan su pequeño discurso sobre “nuestra clase política y que ellos son los que lo tiene que solucionar, no nosotros…”pero salía con una bolsa de comida, o a la anciana que te explicaba sus “peripecias” para llegar a final de mes con su pensión, en fin seguro que vosotros tenéis experiencias que os han llegado al corazón y que hacen que cada año superemos nuestras miserias personales, y hagamos posible un pequeño milagro en navidad. Tengo que decir que el Señor en cada recogida me hace ver, que el Amor siempre es más grande de lo que yo pueda imaginar.

Tampoco sería justo, el no agradecer a los hermanos que han dedicado su tiempo y esfuerzo en que la recogida se pudiera realizar, a pesar del frio e incluso de la lluvia, de tener ya una edad, o de ser la primera vez, de tener que compaginarlo con el trabajo…de tener que superar el “yo no valgo para esto”, o el “que lo haga otro, que yo llevo muchos años”… gracias a todos y cada uno. A los que han hecho lotes, a los que han preparado las cajas a los que han puesto a disposición sus coches y su tiempo. No puedo dejar de agradeceros vuestra generosidad porque sin vosotros, no habría sido posible recoger ni un Kilo de alimentos, ni hacerlos llegar a sus destinos.

El Amor no son teorías, el Amor es Vida y en la recogida de alimentos lo hacemos posible.

Mari Lo Querol.

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