Convivencia Adultos en Vallvidriera

Nunca imagina uno los acontecimientos que el Señor le tiene reservados.

La convivencia que hemos vivido este fin de semana, en la  Casa Sagrada Familia de Vallvidriera,  ha tenido aspectos novedosos: la casa, las dinámicas de grupo distintas a otras ocasiones, además de esas barreras que uno trae y que pueden dificultar el aprovechamiento de lo que Dios quiere decirme personalmente. A pesar de todo ello, Jesús siempre sabe encontrar la manera de hacerse presente.

 

Mi vivencia ha sido, sentir a un Jesús cercano, que me llama de nuevo, que quiere que yo haga posible, con mi esfuerzo, este trabajo que no está acabado.

Un Jesús que no me deja solo, que ha querido quedarse para siempre en forma de pan y de vino en cada eucaristía, para que yo pueda recibirlo. Un AMOR en mayúsculas, que quizás a veces no alcanzo a comprender, pero que siempre está dispuesto para cuando lo necesito.

Me he propuesto intentar recibirlo en alguna ocasión más de las que lo hago, como compromiso personal.

La vivencia que he recibido  de los hermanos ha llenado mi corazón, y me ha hecho comprender que no estoy solo en esta llamada.

La fuerza de este AMOR se ha de transmitir de la misma manera que la sangre corre por las venas de nuestro cuerpo, he salido ilusionado, con ganas de ponerme a trabajar.

Solo le pido a Jesús que me de las fuerzas necesarias para llevarlo a cabo y como decía el estribillo de una de las canciones que hemos cantado le digo a Jesús:

Toma mis manos…

Toma mis labios…

Toma mi vida, oh Padre tuyo soy

Francisco Villar

Free Joomla! template by Age Themes