Reflexión desde Salamanca

Hemos recibido con enorme alegría, un artículo que nos remite nuestro querido hermano Manolo Corral que colaboró de forma muy activa en los inicios de nuestro Club en las diferentes reuniones y actividades que se fueron estableciendo y  que posteriormente, hace ya 36 años, se trasladó a Lumbrales (Salamanca) donde reside actualmente. Es padre de 5 hijos y como cristiano comprometido ha considerado oportuno compartir con todos nosotros este artículo que reproducimos:

"Los complejos a todo lo religioso"

Hoy día prácticamente no se habla nada de los temas religiosos, y lo poco que se habla parece como si molestara o estorbara. Al hacerlo, generalmente la gente no se siente cómoda: es como si estuviera a la defensiva. En la conversación se nota que hay algo que no es normal, como si se quisiera esquivar y no hablar del tema, y cuando se hace unos se callan, otros echan una risita despreciativa, a otros les falta tiempo para sacar cosas negativas de la Iglesia, otros hablan de forma autosuficiente y altanera, criticándola y ridiculizándola como si ellos lo supieran todo.

 

 Hay que decir sobre el tema que durante bastantes décadas ha habido, y sigue habiendo, movimientos y partidos políticos organizados que les estorba mucho la opinión de la Iglesia,  ya que su doctrina es clara.

El papa, los obispos y los sacerdotes dicen que su verdadera misión y obligación es anunciar el evangelio, la verdad y el bien, como también denunciar las injusticias y el mal. Y ese es uno de los motivos, entre otros, de por qué les estorba tanto: la verdad no les gusta nada. La Iglesia no hace más que decir lo que es su obligación, para iluminar a los fieles y a todas las personas de buena voluntad y denunciar a quienes hacen el mal, pero al mismo tiempo darles opción a que se corrijan.

Y como la Iglesia dice la verdad, hay muchos que se siente señalados e identificados, y esto hace que se salgan de sus casillas porque no aceptan que se les diga la verdad. Al sentirse descubiertos actúan vilmente contra ella, queriendo callarla y para ello utilizan todo tipo de estratagemas que se les ocurren en vez de reconocer sus errores.

También es misión de la Iglesia iluminar a todas las personas de buena voluntad, para vencer el pecado y no caer en el mal, ni en las garras ideológicas totalitarias y perversas.

Y sobre nuestros prejuicios y complejos hay que decir que se debe, en su mayor parte, a esas ideologías totalitarias a las que le estorba todo lo religioso y hacen lo que sea para humillar, despreciar, coaccionar, criticar y ridiculizar a los creyentes para que se avergüencen de sus creencias, lo que hace que se llenen de complejos y prejuicios y dejen todo de lado. En esto hay que decir que todos tenemos mucha culpa, ya que los mayores hemos recibido de nuestros antepasados unos grandes y buenos valores.

Nuestro deber y obligación debiera de haber sido legárselos íntegros a nuestros hijos y, sin embargo, los hemos dejado perder. Aquí tiene mucho que ver nuestra comodidad, nuestra pereza, nuestra indiferencia, nuestro “pasotismo” y nuestra poca voluntad.

Manolo Corral 10-11-2020

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