El papa Francisco inicia el 31 de octubre un viaje de dos días a Suecia, en el inicio de la conmemoración de los 500 años de la Reforma Luterana, que separó a los cristianos de Occidente en católicos y protestantes.
No es para celebrar, lógicamente, esta separación, sino para conmemorar el papel de Lutero en el acercamiento de la Biblia al pueblo y, sobre todo, los importantes pasos dados en los últimos años para la aproximación entre ambas confesiones cristianas, dentro del diálogo ecuménico teológico y bíblico, del que el domumento más importante es la «Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación»