"Misericordia et misera", carta apostólica del Santo Padre al concluir el Jubileo extraordinario, "la misericordia y la miserable" en el Evangelio de San Juan 8, 1-11, nos han dado la clave y la pauta que han inspirado las meditaciones de la Convivencia ,que con tanta generosidad y entusiasmo prepararon los hermanos encargados de los temas y que hemos podido disfrutar con gozo, los días 4 y 5, en el convento de las Hermanas misioneras de Betania de Cornella, clausurada con una hermosa Eucaristía.

1. Sólo si nos reconocemos pecadores podremos abrir nuestro corazón a la Misericordia.

2. Es cuando he experimentado el AMOR de Dios cuando puedo llevárselo a los demás. Si no es imposible.

3. ¿Dónde está tu caridad? Necesitan ayuda, no lástima. Mientras Lázaro este echado en la puerta de mi casa, no habrá justicia ni paz. 

Por la gracia de Dios, el fin de semana del 4 y 5 de febrero pudimos asistir los jóvenes de Fordis a las convivencias que tenían por tema central «Misericordia et Misera», la Carta Apostólica que realizó el Papa Francisco con motivo de la clausura del Año de la misericordia.

El domingo 29 de enero pudimos disfrutar de una excursión a la nieve en Rasos de Peguera, había muchísima nieve blanda al caminar y  se nos hundían las piernas en la nieve hasta la rodilla, estaba increíble.

Queridos hermanos y hermanas: La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor. Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar (cf. Homilía, 8 enero 2016).

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